COLEGIO CIERVA PEÑAFIEL
En 1903, Antonio García Alix y Juan de la Cierva Peñafiel , entonces ministros de Hacienda y de Instrucción Pública, respectivamente, se pusieron de acuerdo con Andrés Baquero para la construcción de las primeras Escuelas Graduadas Públicas: Baquero Almansa, El Carmen, Cierva Peñafiel y García Alix, cuya inauguración se celebró el 16 de septiembre de 1917.
El colegio Cierva Peñafiel fue construido con arreglo al tipo más avanzado de su época, con seis secciones, y disponía de 13 unidades escolares, pese a que toda un ala de la planta baja estaba ocupada por el Orfeón Murciano Fernández Caballero. Primero se denominó Graduada y luego Grupo Escolar y fue ocupado total o parcialmente, a veces durante decenios, por organismos o instituciones ajenos a la enseñanza primaria, entre ellos, la Universidad y la Escuela de Artes y Oficios.
A mitad de la década de los 70 contaba con 350 alumnos. Según las estadísticas de los 925 alumnos censados de1961 a 1983, las profesiones más comunes de los padres eran, en orden decreciente, albañiles, obreros, porteros, chóferes, mecánicos, agentes comerciales y agricultores.
Hoy, el colegio Cierva Peñafiel cuenta con 10 unidades, 3 de educación infantil, con 75 alumnos, y 7 de primaria, con 166 estudiantes.
Cuando el centro abrió sus puertas, José Martínez Tomás se convirtió en el primer director del centro, con Miguel Izquierdo y Diego Aguilera como maestros interinos. Generaciones de murcianos que han pasado por sus aulas recuerdan a algunas personas de su historia, entre ellos, a Casimiro Lajara, que fue conserje durante cincuenta años, hasta su jubilación en 1973.
A mitad de la década de los 70 contaba con 350 alumnos. Según las estadísticas de los 925 alumnos censados de
Hoy, el colegio Cierva Peñafiel cuenta con 10 unidades, 3 de educación infantil, con 75 alumnos, y 7 de primaria, con 166 estudiantes.
Cuando el centro abrió sus puertas, José Martínez Tomás se convirtió en el primer director del centro, con Miguel Izquierdo y Diego Aguilera como maestros interinos. Generaciones de murcianos que han pasado por sus aulas recuerdan a algunas personas de su historia, entre ellos, a Casimiro Lajara, que fue conserje durante cincuenta años, hasta su jubilación en 1973.
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