domingo, 11 de diciembre de 2011

HISTORIA DE MI COLE


Escuelas Graduadas


En 1903, Antonio García Alix y Juan de la Cierva Peñafiel, entonces ministros de Hacienda y de Instrucción Pública, respectivamente, se pusieron de acuerdo con Andrés Baquero para la construcción de las primeras Escuelas Graduadas Públicas: Baquero Almansa, El Carmen, Cierva Peñafiel y García Alix, cuya inauguración se celebró el 16 de septiembre de 1917.

Todos ellos fueron obra del arquitecto murciano Pedro Cerdán, también autor de la fachada del Casino, que empleó un estilo en el que destaca la combinación del ladrillo visto y sillería caliza blanca, así como las anchas cornisas. Es un inmueble que se encuentra en el marco del Patrimonio Histórico de Murcia, ubicado en el entorno de protección del Bien de Interés Cultural de la Iglesia de Santo Domingo de Murcia y se encuentra catalogado en el Plan Especial del Conjunto Histórico Artístico de Murcia (PECHA) con nivel de protección intermedio por el que se presta atención a la estructura principal y la fachada, entre otros elementos.

El colegio Cierva Peñafiel fue construido con arreglo al tipo más avanzado de su época, con seis secciones, y disponía de 13 unidades escolares, pese a que toda un ala de la planta baja estaba ocupada por el Orfeón Murciano Fernández Caballero. Primero se denominó Graduada y luego Grupo Escolar y fue ocupado total o parcialmente, a veces durante decenios, por organismos o instituciones ajenos a la enseñanza primaria, entre ellos, la Universidad y la Escuela de Artes y Oficios.

A mitad de la década de los 70 contaba con 350 alumnos. Según las estadísticas de los 925 alumnos censados de 1961 a 1983, las profesiones más comunes de los padres eran, en orden decreciente, albañiles, obreros, porteros, chóferes, mecánicos, agentes comerciales y agricultores.

Hoy, el colegio Cierva Peñafiel cuenta con 10 unidades, 3 de educación infantil, con 75 alumnos, y 7 de primaria, con 166 estudiantes.

Cuando el centro abrió sus puertas, José Martínez Tomás se convirtió en el primer director del centro, con Miguel Izquierdo y Diego Aguilera como maestros interinos. Generaciones de murcianos que han pasado por sus aulas recuerdan a algunas personas de su historia, entre ellos, a Casimiro Lajara, que fue conserje durante cincuenta años, hasta su jubilación en 1973.

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